viernes, 4 de mayo de 2012

EDIFICIOS DE MADRID - VISITA V

 

RECORDATORIO


LUNES 7 DE MAYO VISITA AL CASÓN DEL BUEN RETIRO Y OBSERVATORIO ASTRONÓMICO


CITA 16,30  EN LA PUERTA DEL CASON


(HABIAMOS QUEDADO A LAS 17,00 H. PERO VEO EN EL HORARIO QUE ESTÁ ABIERTO HASTA LAS 17,00 - QUIZÁS EN ESTA MEDIA HORA PODAMOS VERLO )  SE LO COMUNICARÉ AL PROFESOR A VER QUE OPINA.

CONFIRMARÉ EN EL BLOG LA HORA DEFINITIVA.

 

Casón del Palacio del Buen Retiro


Distrito de RETIRO / Barrio de JERÓNIMOS
Calle ALFONSO XII, 28
Calle FELIPE IV, 11

Transporte más próximo

Metro: Atocha

Bus: 19, 10, 14, 27, 34, 37, 45

Renfe: Atocha

Periodo               1637 · 1701

Actuaciones        : Alonso Carbonel : 1637 (O).
Acondicionamiento : José del Olmo : 1701(s.i.).


Nueva fachada a Alfonso XII : Agustín Felipe Peró , Manuel Antonio Capo : 1877 (s.i.) : Mariano Carderera Ponzán : 1877-1883 (P y O).

Nueva fachada a Felipe IV : Ricardo Velázquez Bosco : 1887 (P) 1887-1891 (O).

Reforma : José Luis García Fernández , Ángeles Hernández-Rubio Muñoyerro : 1971 (P).
Reforma y ampliación : Jaime Tarruell Vázquez : 1996 (P).

El desarrollo de las obras del Buen Retiro, de las que El Casón forma parte, fue una de las empresas arquitectónicas más ambiciosas del segundo cuarto del siglo XVII europeo. El Casón o Salón de Baile es el único volumen que permanece del antiguo Palacio de ese Real Sitio, junto con el edificio de Reinos, el cual fue ejecutado en 1637, cuatro años después de éste y del Patio de Fiestas u Oficios, a cuyo ala oriental acometía perpendicularmente. El proyecto se debe a Alonso Carbonel, quien lo vio concluido exteriormente como demuestra el Plano de Texeira de 1656, pero al parecer no interiormente, pues fue su sucesor en la maestría mayor, José del Olmo, el encargado de acabarlo, junto con la capilla palatina, según él mismo manifestó. El volumen estaba constituido por tres niveles, situándose en el principal el Salón que le da nombre, de planta rectangular y flanqueado por otras dos estancias menores, pero de igual fondo. Aquel tenía doble altura y estaba recorrido por una balconada de hierro para los espectadores y cubierto por una bóveda de cañón con lunetos, pintada al fresco por Lucas Jordán en 1692 con la Alegoría del Toisón de Oro, que se conserva. Sus alzados, hoy completamente remodelados, se distinguían por su elegante composición, con frontones coronando los vanos de los primeros pisos y una columnata en el inferior. Los diferentes destinos que recibió el Casón durante el siglo XIX irían modificando su aspecto, máxime tras su incautación en 1868 por el Estado, pues fue estamento de próceres, gabinete topográfico, picadero, gimnasio del príncipe Alfonso y posteriormente, hasta 1961, el Museo de Reproducciones Artísticas, posteriormente dependencias de la Dirección General de Bellas Artes, para diez años después convertirse en anexo del Museo del Prado y acoger la colección de pintura española decimonónica. El origen de su fachada principal, a poniente o calle de Felipe IV, se debe al ciclón de 1886 que arrasó la primitiva, propiciando el encargo a Velázquez Bosco de levantar otra nueva, la cual ejecutó con una calidad innegable en su sentido clasicista. En 1996, el arquitecto Jaime Tarruell comenzó obras de consolidación, reforma y ampliación del Casón, que han sido finalizadas en 2007.







Observatorio Astronómico


Ubicación         Distrito de RETIRO
Barrio de JERÓNIMOS
Calle ALFONSO XII, 5 y 7

Autores Fernández-Alba, Antonio
Pascual y Colomer, Narciso
Villanueva, Juan de

Periodo               1790 · 1808

Actuaciones        : Juan de Villanueva : 1790-1808 (O).
Conclusión y reforma : Narciso Pascual y Colomer : 1845-1847 (O).
Restauración       : Antonio Fernández Alba : 1975 (P) 1976-1979 (O).

Descripción       

En el Cerrillo llamado de San Blas, en el extremo meridional de los terrenos del Buen Retiro, aislado por tapias, se encuentra este edificio, ideado, al parecer, por el célebre marino D. Jorge Juan y Santacilia, todavía durante el reinado de Carlos III, el cual vino a completar la zona de Madrid dedicada al cultivo de las ciencias, junto con el Jardín Botánico de 1781 y el Gabinete de Historia Natural, hoy Museo del Prado, de 1785. El proyecto del Observatorio, como el de esta última edificación y algunas del dicho Jardín, sería encomendado al arquitecto Juan de Villanueva, comenzándose las obras en 1790 y en el mismo solar donde se situaba un polvorín y un juego de pelota, los cuales tuvieron que desaparecer, y en las inmediaciones de la Ermita que había dado nombre al Cerro, destruida en 1812. La construcción fue muy lenta, debido a los problemas económicos y políticos de la época, aunque en 1808, al estallar la Guerra de la Independencia, debía hallarse casi concluido, a falta de algunas esculturas decorativas, el acristalamiento y el antepecho de coronación del edificio. Tiene planta cruciforme, con un pórtico hexástilo de orden corintio, desde el que se accede a un gran salón central y octogonal, con el que comunican cada uno de los brazos en los que se disponen las diversas piezas. Es interesante el sistema de circulación vertical, casi oculto al espectador, en torno al cuadrado en el que se inscribe la rotonda y constituido por dos escaleras de caracol, con diferente función. No obstante, lo más característico es su imagen exterior y, concretamente, el templete circular de orden jónico o tholos que corona la composición piramidal y cuya transparencia, como la del pórtico, contrasta con la opacidad de los demás cuerpos. Formando parte de este conjunto, frente al acceso principal, se creó un cuerpo de escaleras adosado al talud sobre el que se asienta el Observatorio, cuya masividad, desnudez y austeridad parece inspirada en la arquitectura oriental. Muy maltratado por las tropas francesas, que instalan allí una batería que domina Madrid y destruyen el telescopio principal, los daños de su fábrica fueron reconocidos por los discípulos de Villanueva, Santiago Gutiérrez de Arintero y Antonio López Aguado, quienes apremiaron al Ayuntamiento y a la Corona para su reparación. Sin embargo, ésta y la conclusión del edificio no se abordaron hasta muchos años después, bajo la dirección de Pascual y Colomer, quien obvió el proyecto original, en cuanto al remate de la cornisa con una barandilla isabelina y la adición de unos más que discutibles cupulines en la fachada principal. En 1974, la Dirección General del Instituto Geográfico encargó al arquitecto Antonio Fernández Alba la consolidación y restitución del Observatorio, lo que llevó a cabo dentro del máximo rigor histórico y arquitectónico, haciéndole acreedor del Premio Nacional de Restauración del Patrimonio Artístico en 1980. Pendiente está aún por recuperar el citado volumen exterior de escaleras, actualmente enterrado, y la entrada principal, relegada frente a la posterior, a pesar del menor interés de ésta

 

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